Ámbito del caso
Atención Primaria, Urgencias Hospitalarias
Motivos de consulta
Dolor en muslos y pantorrillas
Historia clínica
Varón de 67 años, fumador activo con AP: EPOC leve, hemorroides internas, diverticulosis, HTA, hernia hiato, dislipemia, depresión. En tratamiento con losartán, bromuro de aclinidio, AAS, mirtazapina, alprazolam.
Refiere dolor muscular ocasional más en muslos y pantorrillas, sin claudicación intermitente, desde hace meses. A la exploración no encontramos varices ni trastornos tróficos, pulsos conservados, tono muscular y motilidad normales, no dolor muscular a la palpación.
Enfoque individual: Insistimos en abandono de tabaco y derivamos a consulta de vascular. Pasados 4 meses acude por astenia intensa sin clínica añadida con aumento de su disnea habitual (consultó a Neumólogo particular; en estudio en ese momento) y aporta informe de vascular: claudicación a larga distancia; prescribe sulodexida, uridina y cilostazol. Solicitamos sangre oculta en heces (positiva) y analítica en la que destaca anemia microcítica-ferropénica con hemoglobina 8g/dl, VCM 70, Fe 24, Ferritina 10. Suspendemos cilostazol y AAS. Se realiza derivación urgente a hospital de referencia para transfusión de 2 concentrados de hematíes. Se realizó endoscopia digestiva baja y alta sin identificar lesiones ni punto de sangrado.
Juicio clínico: Sangrado digestivo con punto de origen no identificado, tras toma conjunta de inhibidor de la fosfodiesterasa III (cilostazol) y antiagregante plaquetario (AAS). EPOC reagudizada en contexto anémico.
Tratamiento: Sulfato ferroso oral. Suspensión de cilostazol y AAS.
Evolución: Mejoría del estado general y de su disnea. Mejoría de hemoglobina en controles analíticos posteriores. No molestias digestivas. No sangre en heces en controles posteriores
Conclusiones
Es importante conocer las interacciones farmacológicas más frecuentes, y al realizar la anamnesis dirigida a la aparición de nueva sintomatología debemos evaluar siempre el tratamiento actual del paciente, y no centrarnos únicamente en la búsqueda de patologías que la justifiquen.
En el tratamiento de la claudicación intermitente se recomienda abandono de hábito tabáquico, control de lípidos, presión arterial y glucémico, junto a fármacos antiplaquetarios o dirigidos a control de síntomas como el cilostazol, el cual está indicado para la mejora de las distancias de deambulación máxima en ausencia de necrosis de tejidos periféricos
Palabras Clave
Hemorragia gastrointestinal, claudicación intermitente, Inhibidores de la Fosfodiesterasa